Mensaje con ocasión del Día Internacional de los Pueblos Indígenas

9 de Agosto de 2018

Este es un día emblemático que recuerda la celebración de la primera reunión del Grupo de Trabajo sobre las múltiples Poblaciones de pueblos originarios de la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, llevada a cabo el 9 de agosto de 1982 en Nueva York.

Este año, Naciones Unidas ha centrado sus discusiones alrededor de la  “Migración y el Desplazamiento de los Pueblos Indígenas”, analizando las principales causas de las migraciones, la circulación transfronteriza y los desplazamientos, con especial atención en el tema de los pueblos indígenas que viven en las zonas urbanas y fuera de sus países.

A pesar de la idea generalizada de que los pueblos indígenas viven especialmente en territorios rurales, muchos viven hoy en día en las grandes urbes. En América Latina, alrededor del 40% de los pueblos indígenas viven en zonas urbanas, incluso en algunos países de la región se concentran el 80% de los pueblos en las zonas urbanas.

En la mayoría de los casos, los pueblos indígenas que migran buscan mejores oportunidades de trabajo y mejores condiciones económicas, pero han de alejarse de sus tierras y costumbres tradicionales. Además, los migrantes indígenas se enfrentan a innumerables desafíos, incluida la falta de acceso a servicios públicos, la discriminación y a la vulneración de sus derechos.

Recordemos algunas cifras a nivel mundial:

  • Existen más de 5,000 grupos de poblaciones indígenas distintos en unos 90 países y hablan cerca de 7,000 lenguas diferentes.
  • La población indígena está conformada por más de 370 millones de personas, más del 5% de la población mundal.
  • Se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables representando los más altos índices de pobreza, tanto a nivel urbano como a nivel rural.
  • Pese a sus diferencias culturales, los pueblos indígenas de todo el mundo comparten problemas comunes a la hora de proteger sus derechos como pueblos minoritarios.
  • La comunidad internacional reconoce ahora que se requieren medidas especiales para proteger sus derechos y mantener sus culturas, su conocimiento ancestral y sus formas de vida.

Para nuestra Organización, los esfuerzos que viene realizando el Estado Plurinacional de Bolivia para consolidar un marco constitucional y legal que permita el pleno goce de los derechos de los pueblos indígenas, es de gran significancia y se constituye en un ejemplo notable para el mundo.

Los derechos de las naciones y pueblos indígena originario campesinos que conforman la mayoría de la población boliviana, están protegidos por la  Constitución Política del Estado.

La jurisdicción indígena originaria campesina esta igualmente reconocida en la Constitución del Estado, reconociendo sus autoridades, sus principios, sus valores culturales y sus normas y procedimientos propios.

Los territorios indígena originario campesinos forman una parte esencial de la organización territorial del país.

La autonomía indígena originaria campesina reconoce el autogobierno como el ejercicio de libre determinación de las naciones y los pueblos indígena originario campesinos, cuya población comparte territorios, cultura, historia, lenguas y organización o instituciones jurídicas, sociales y económicas propias. 

El Estado reconoce, respeta, protege y promueve la organización económica comunitaria, la cual comprende los sistemas de producción y reproducción de la vida social, fundados en los principios y visión propios de las naciones y los pueblos indígena originario campesinos.

Por todos estos importantes rasgos característicos, la comunidad internacional reconoce la diversidad social, cultural, política, institucional, económica y jurídica de Bolivia como fundamento para la convivencia social en condiciones de igualdad y respeto.

A pesar de los significativos avances en la última década, continúan presentes algunos desafíos relacionados con la igualdad, el derecho a la no discriminación, el derecho a la identidad propia e integridad cultural,  los derechos referidos a la tierra, territorio y al uso y disfrute de recursos naturales, la libre determinación, la autonomía, el autogobierno y las instituciones indígenas, la falta de acceso a una educación y salud culturalmente adecuadas, el acceso y fortalecimiento de la estructura institucional de justicia propia, el derecho a la consulta libre e informada  y el derecho a la reparación y compensación.

Desde el Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia, venimos desplegando de manera complementaria a los esfuerzos del Estado una serie de iniciativas y acciones conjuntas con el gobierno nacional para promover los derechos de los Pueblos Indígenas.

Precisamente, en el marco de estos esfuerzos, suscribimos el Marco de Complementariedad de Naciones Unidas para Vivir Bien en Bolivia, en el cual se establecen las prioridades y orientaciones estratégicas que desarrollaremos junto al Estado Boliviano entre los años 2018 y 2022. En este Marco de Complementariedad se contempla un área dedicada al fortalecimiento de la interculturalidad y de los derechos de las Naciones y Pueblos indígena originario campesinos.

Específicamente nos hemos comprometido apoyar al Estado en la implementación de políticas públicas que garanticen el ejercicio de las competencias exclusivas de los Gobiernos Autónomos Indígena Originario Campesino, el derecho al territorio, la consulta previa, y a conservar y reforzar las propias instituciones y los valores comunitarios.

Igualmente, trabajaremos en el fortalecimiento de las capacidades del Tribunal Supremo Electoral y los Tribunales Electorales Departamentales en su rol de veeduría y acompañamiento a las poblaciones indígenas en el marco de las nuevas normas electorales.

Del mismo modo, se apoyará al Estado en la reducción de las brechas de exclusión histórica de las mujeres indígenas para la toma de decisiones, la autodeterminación sobre sus derechos sexuales y reproductivos, la brecha salarial y de ingresos, la desigual distribución de las tierras entre hombres y mujeres, así como en la incorporación de mayor número de mujeres en puestos de representación en todos los niveles.

Por otro lado, se fortalecerá al Estado, específicamente al Comité de Lucha contra el Racismo y toda forma de Discriminación, dependiente del Viceministerio de Descolonización, en el diseño, planificación y evaluación de políticas públicas de sensibilización, prevención y sanción del racismo y la discriminación en todas sus formas.

El SNU brindará apoyo técnico para la recuperación y conservación de saberes y prácticas tradicionales, diversidad de las expresiones culturales, ciencias y conocimientos a través de la participación social y el diálogo intercultural para la construcción de políticas públicas.

Contribuiremos al fortalecimiento de capacidades del Estado en diferentes áreas para la recuperación y revalorización de prácticas y saberes ancestrales de los pueblos indígenas originario campesinos.

Además, bajo el principio de “No dejar a nadie atrás”, el SNU apoyará el empoderamiento de pueblos indígenas con énfasis en mujeres, niños/niñas y adolescentes, personas con discapacidad y población adulta mayor.

Hoy deseamos reafirmar el compromiso del Sistema de Naciones Unidas en Bolivia para apoyar al Estado en la reducción de la desigualdad a través del ejercicio efectivo de derechos individuales y colectivos de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, de acuerdo a sus instituciones, saberes, conocimientos, normas y procedimientos propios en el marco de la democracia intercultural para el Vivir Bien.

Nuestra contribución se enmarcara en las prioridades nacionales planteadas el Plan de Desarrollo Económico y Social y la Agenda Patriótica, asegurando que el país responde a sus compromisos internacionales planteados en la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, al igual que a la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, los cuales han puesto en marcha un nuevo y ambicioso programa destinado a crear un mundo de dignidad y prosperidad para todos, respetando el planeta y garantizando que se respeten los derechos humanos “sin dejar a nadie atrás”.